lunes, 14 de septiembre de 2015

MATERIAL DE EXPOSICIÓN GRUPO 2



Juan XXIII
Juan XXIII el Papa Bueno es muy recordado porque fue aquel que revolucionó la iglesia católica debido a que cambió la manera de oficiar la misa de espaldas a los oyentes y en latín, Juan XXIII logró que el celebrante se colocará  de frente a los feligreses y se expresara  en idioma patrio.

Nuestro querido Papa nace en Sotto IL Monte, Roma, el 25 de Noviembre de 1881, donde se cría en una humilde familia de agricultores, su verdadero  nombre es Ángelo Giuseppe Rocalli. Ingresa al seminario de Bergamo en el año 1892, para luego proseguir sus estudios de Teología en Roma en 1901. Para el año 1904 es ordenado sacerdote y desde el año siguiente en Bergamo,  comparte responsabilidades con el Obispo Radini Tedeschi, donde aprende a cultivar aún más el amor A Dios. Luego vendría la etapa más dolorosa de la vida de Ángelo, al estar realizando estudios de Capellán durante la Segunda Guerra Mundial, cosa que lo afectaría en gran parte ya que convivió con los desdichados de aquella terrible guerra.

Después es nombrado Visitador Apostólico en Bulgaria y consagrado Obispo en el año 1925; donde desarrolla una trayectoria impecable que le hace ascender a Cardenal en el año 1958.

A la edad de 77 años fue elegido Papa, a pesar de su avanzada edad, demostró que no era un Papa de transición sino de cambio, ya que con su alegría y bondad adquirió rápidamente el respeto y cariño de todos.

El día 25 de Enero de 1959 anuncia la reunión de un concilio ecuménico destinado a promover la unión de los cristianos de las diferentes iglesias, donde se realizaron drásticos cambios a la doctrina eclesiástica.

La labor fundamental de nuestro papa Juan XXIII, consistió en cultivar la filosofía de la amistad a toda costa, propagó la hermandad entre todas las religiones alcanzando muchos triunfos en tal sentido.

Pero su labor no solo quedó allí, sino también realizó dos encíclicas las cuales son:

Mater et magistra
Pacem in Terris. (sobre la paz del mundo)
Lamentablemente muere en Roma el 13 de Junio de 1963.
Al papa Juan XXIII, nunca lo tocó la vanidad ni la conveniencia a la hora de tomar una decisión y sus gestos de bondad inherentes a su personalidad, hicieron que fuese llamado el Papa Bueno.



San Juan XXIII
Papa de la Iglesia católica
28 de octubre de 1958-3 de junio de 1963
Pope John XXIII - 1959.jpg
Juan XXIII en 1959
Ordenación        10 de agosto de 1904
por Giuseppe Ceppetelli
Consagración episcopal 19 de marzo de 1925
por Giovanni Tacci Porcelli
Proclamación cardenalicia            12 de enero de 1953
por Pío XII
Secretario           Loris Francesco Capovilla
Predecesor         Pío XII
Sucesor                Pablo VI
Cardenales creados        Véase categoría
Información personal
Nombre secular                Angelo Giuseppe Roncalli
Nacimiento         Bandera de Italia Sotto il Monte, Lombardía, Italia
25 de noviembre de 1881
Fallecimiento     Flag of the Vatican City.svg Ciudad del Vaticano
3 de junio de 1963 (81 años)
Padres  Giovanni Battista Roncalli
Marianna Giulia Mazzolla
Santidad
Beatificación      3 de septiembre de 2000
por San Juan Pablo II
Canonización     27 de abril de 2014
por Francisco
Festividad           11 de octubre
Venerado en     Iglesia Católica Romana


Vídeo Juan XXIII



PACEM IN TERRIS


Hablar de la Pacem in Terris es hablar de los Derechos del Hombre. Como antecedente podemos mencionar que el 26 de agosto de 1789 la Revolución Francesa condujo a la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano.   
Por: P. Manuel Loza Macías | Fuente: www.usem.org.mx

PACEM IN TERRIS
Encíclica Pacem in Terris, Juan XXIII.
Carta Encíclica promulgada por el Juan XXIII el 11 de abril de 1963.
La paz ha de fundarse en la verdad, la justicia, el amor, la libertad.

CONTEXTO.
Hablar de la Pacem in Terris es hablar de los Derechos del Hombre. Como antecedente podemos mencionar que el 26 de agosto de 1789 la Revolución Francesa condujo a la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Se inspiraba en la declaración norteamericana, que encarnaba en el siglo XIX los ideales liberales de la sociedad. Pío XII se preocupó durante la Segunda Guerra Mundial de la reconstrucción y desarrollo de los pueblos. 1963 era el año en que se celebraba el Concilio Vaticano II. Las Naciones Unidas, la UNESCO, la Liga de los derechos del hombre y otros organismos se habían consagrado a la búsqueda de una defensa de la paz, en beneficio de todos los seres humanos sin distinciones discriminatorias. SS. Juan XXIII escribe este documento que pudiera servir a todos los hombres de buena voluntad en la constitución orgánica de los Estados y de sus relaciones internacionales.

CONTENIDO.
 Apoyándose en la razón y la ley natural, SS. Juan XXIII esboza una lista de derechos y deberes que deben observar tanto los individuos como las autoridades públicas,  los gobiernos nacionales y la comunidad mundial. La paz exige la observancia del orden querido por Dios. Este orden ha de reconocer ante todo las leyes que impone la naturaleza del hombre en las que se descubren los planes de Dios. El punto de partida y fundamento de toda ley humana, arranca de la personalidad natural y dignidad natural del hombre, dotado de derechos y de deberes. Dignidad acrecentada por la luz de la Revelación Cristiana.

Así pues, la encíclica habla de las relaciones entre los poderes públicos y los ciudadanos y de las relaciones que deben de existir entre los Estados. La encíclica se dirige a todos los hombres de buena voluntad. Afirma que la paz no puede darse en la sociedad humana si primero no se da en el interior de cada hombre, es decir, si primero no guarda cada uno en sí mismo el orden establecido por Dios. Esta verdad es la que obliga a todos los seres humanos a respetar a sus semejantes, además de dignificar el mundo de trabajo, a poner especial atención en la actuación de la mujer en la vida pública.

Considera que las relaciones internacionales son consideradas bajo la misma óptica de la persona, es decir, deberán regirse por la ley moral, por la verdad, la justicia y el respeto. El Papa exhorta  a todos a luchar por reconstruir todas las formas de convivencia en la tierra. Conjuntar amor y libertad, es tarea ardua pero nobilísima, pero vale la pena por el bien de todos. A esta labor se llama a todos los hombre de buena voluntad.

ACTUALIDAD.
¿Qué ofrece Pacem in Terris a los hombres de hoy?, Y como empresario, ¿Qué me aporta? Aceptar a Dios que asegura el fundamento, el fin y la garantía de todo orden en el mundo y entre los hombres. Por tanto, también en la empresa. El respeto a la vida humana incipiente y terminal,  la relación solidaria y subsidiaria entre naciones, la construcción de una sociedad a la medida de la persona, siguen teniendo la misma vigencia que 1963.¿No se habrá aumentado la urgencia hoy que algunos Estados intervienen en otros estados de una manera letal?

Pacem in Terris nos sugiere criterios de acción y dirección a todos, incluso a los no cristianos. Es una clara exhortación a vivir  bajo el amparo de la paz. La actualidad de vivir este concepto se ve en los escándalos políticos de nuestro país en que se ven implicados algunos empresarios. En la empresa y en su entorno hay conflictos que no siempre se resuelven en paz. Y no habrá paz y justicia, sino hay paz en las familias y en la empresa. Estás son las células de la vida económica y de la vida social de un país y del mundo.


Diapositivas Pacem in terris:



Pablo VI

(Giovanni Battista Montini Alghisi; Concesio, 1897 - Castelgandolfo, 1978) Papa romano (1963-1978). Ordenado sacerdote en 1920, estudió diplomacia en Roma, entrando a formar parte de la secretaría de Estado vaticana en 1923, tras un breve paso por la nunciatura de Varsovia. Como consiliario eclesiástico de la Federación universitaria tomó parte en los conflictos de esta organización con el régimen de Mussolini.
Durante la guerra, llevó a cabo una importante labor al frente de la Comisión pontificia de asistencia. Su tarea pastoral y sus tendencias renovadoras lo alejaron de la curia vaticana, siendo nombrado arzobispo de Milán en 1954. Fue el primer cardenal nombrado por el papa Juan XXIII, con quien colaboró estrechamente en la organización del concilio Vaticano II. A la muerte del pontífice le sucedió como tal y dio continuidad a la renovación emprendida en la Iglesia.
En 1965 pronunció un importante discurso ante la Asamblea general de la ONU, hechos que constituyeron los primeros hitos de una serie de viajes pastorales en el marco de una amplia política ecuménica y de acercamiento a los problemas del mundo. Al final de su pontificado, no obstante, dio muestras de ceder a las presiones de los sectores más conservadores. En este sentido fueron tomadas sus encíclicas Sacerdotalis coelibatus y Humanae vitae, que aparecieron como un retroceso frente a otras como Ecclesiam suam y Populorum progressio.

Pablo VI
Beato Pablo VI
Papa de la Iglesia católica
21 de junio de 1963-6 de agosto de 1978
Paolovi.jpg
Ordenación        29 de mayo de 1920
por Giacinto Gaggia
Consagración episcopal 12 de diciembre de 1954
por Eugène Tisserant
Proclamación cardenalicia            15 de diciembre de 1958
por el papa Juan XXIII
Secretario           Pasquale Macchi
Predecesor         Juan XXIII
Sucesor                Juan Pablo I
Cardenales creados        Véase categoría
Información personal
Nombre secular                Giovanni Battista Enrico Antonio Maria Montini
Nacimiento         26 de septiembre de 1897
Bandera de Italia Concesio, Reino de Italia
Fallecimiento     6 de agosto de 1978 (80 años)
Bandera de Italia Castel Gandolfo, Italia
Padres  Giorgio Montini
Giudetta Alghisi
Santidad
Beatificación      19 de octubre de 2014
por Francisco
Festividad           26 de septiembre

GAUDIUM ET SPES

Constitución Pastoral promulgada por el Papa Pablo VI el 7 de Diciembre de 1965.
Sobre la Iglesia en el mundo actual.

CONTEXTO.
Cuatro lustros habían corrido después de la Segunda Guerra Mundial y un gigantesco cambio se estaba gestando en el lapso de ese tiempo. La nueva tecnología (con la energía nuclear, las comunicaciones, los aparatos electrónicos y las computadoras eran arrolladoras) A tal grado eran estos cambios que las mismas estructuras sociales de la civilización anterior parecían crujir. Para hacer frente a los retos del momento de progreso, muchas estructuras sociales se miraban ya obsoletas, La justicia y la equidad ya no regían las acciones de los seres humanos. Por eso la miseria convivía al lado de la abundancia.
 Eran tiempos en que cobraba mayor fuerza la preocupación por la explosión demográfica, por las grandes concentraciones urbanas, por la dignificación igualitaria de la mujer, por voz a los obreros en las empresas, con la de perdida de los valores tradicionales de la familia. Juan XXIII veía que era necesario poner al día a la Iglesia sin perder su identidad, por eso convocó al Concilio Vaticano II.

CONTENIDO.
Gaudium et Spes es el documento más importante en la tradición social de la Iglesia. Señala el  deber que tiene el pueblo de Dios de observar los signos de los tiempos a la luz del Evangelio, para darse cuenta de la pérdida de valores, de los cambios que caracterizan al mundo actual. Las ideas centrales sobre las cuales gira este documento son: la misión de la iglesia acerca de la persona humana; de la familia y su actividad en el mundo, procurando atender lo más urgente, familia, economía, política, cultura y solidaridad internacional.

Revisa y actualiza la anterior enseñanza económica y social: trabajo, participación en la empresa, destino universal de los bienes, las políticas monetarias, la propiedad privada, la vida pública, la paz y la guerra. Varios aspectos como es de suponer, son los asuntos morales aparecidos en estos tiempos modernos. Reconoce que, a pesar de los medios modernos, se agravan las grandes desigualdades y falla el diálogo genuino y fraternal entre países y personas.

El mensaje de la Gaudium et Spes , ha dicho el Pontífice, es Cristo mismo. Él es el Señor de la historia, su centro y su fin. Él es la luz del mundo que ilumina el misterio del hombre. Su gracia, por la acción del Espíritu Santo, trabaja activamente en el corazón de todo hombre de buena voluntad. Los cambios tecnológicos y sociales ofrecen por igual preciosas oportunidades y grandes dificultades para la difusión y vivencia de la Buena Nueva. Es deber de la Iglesia en el mundo pugnar porque se den las condiciones necesarias para la promoción de la dignidad humana y del bien común.

 ACTUALIDAD.
Preguntas como ¿Qué tiene que decir hoy día la Iglesia sobre la persona?, ¿Qué piensa sobre un nuevo ordenamiento social?, ¿Qué tiene que decir a los pobres sobre sus  carencias y remedios?, ¿Qué sugiere para que la empresa como célula viva de la economía se ajuste a los criterios de justicia y caridad?, siguen siendo preguntas de actualidad, por esta razón Gaudium et Spes nos hace recapacitar sobre nuestro deber como empresarios en toda esta problemática. Nos ofrece también apuntes y directrices de acción respecto a la vida familiar, económica, sociocultural, política  y al orden internacional. Es este documento un análisis de los grandes temas de la enseñanza social de la Iglesia aplicado a los problemas de hoy día.

Presentación en diapositivas

POPULORUM PROGRESSIO


Antes de Populorum Progressio se habían operado importantes cambios en la convivencia humana. La ciencia y la tecnología habían favorecido la globalización de las comunidades, y los viajes espaciales.              
Por: P. Manuel Loza Macías | Fuente: www.usem.org.mx
Encíclica  Populorum Progressio.
Carta Encíclica promulgada por el Papa Paulo VI el 26 de marzo de 1967.
Sobre la necesidad de promover el desarrollo integral de todos los pueblos.

CONTEXTO.
Antes de Populorum Progressio se habían operado importantes cambios en la convivencia humana. La ciencia y la tecnología habían favorecido la globalización de las comunidades, y los viajes espaciales. La economía crecía a pasos agigantados en la producción industrial y en la aportación de servicios cada vez más sofisticados y enriquecía maravillosamente a unas naciones, mientras que simultáneamente dejaba en retraso lacerante al sector agropecuario, en pobreza a amplias zonas en un mismo país y en subdesarrollo a gran número de naciones.

Todo mundo veía que era necesario realizar cambios para que las innovaciones económicas, científicas y políticas tomaran un rumbo humano y justo. Era necesario conducir el cambio por el hombre y para el hombre, pero era evidente que estos cambios traerían consigo inseguridad, desconcierto y angustia. En el XI Congreso de Dirigentes de Empresa, Paulo VI se había definido como defensor de los humildes, abogado de los pobres, profeta de la justicia, heraldo de la paz, promotor de la caridad, es por ello que uno de los frutos personales de dicho Congreso vio hacer la promulgación de la encíclica Populorum Progressio.

CONTENIDO.
 La Iglesia sigue con atención el desarrollo de los pueblos, sobre todo el de los más necesitados. La aspiración de mejorar de muchos hombres se ve impedida por la situación en la que viven. Los pueblos quieren además de su independencia política, su independencia económica. Con la descripción de Populorum Progressio.  Se patentiza la urgencia de buscar el desarrollo solidario de la humanidad.

El desarrollo completo del hombre no puede darse sin el desarrollo solidario de la humanidad. Hay que luchar por una verdadera unión entre las naciones para asistir a los pueblos más débiles. El deber de solidaridad de las personas es deber también de las naciones. Los pueblos deben de llegar a ser por sí mismos artífices de su desarrollo: es la meta que hay que conseguir.

Es necesario también el diálogo entre las naciones: Este diálogo es factor de fraternidad y ha de centrase en los hombres, no en los intereses egoístas económicos y políticos. En esta labor debemos de trabajar todos. Hombres y pueblos, deben asumir su responsabilidad. A manera de conclusión el Papa asevera que el camino de la paz pasa por el desarrollo, pero éste no está en la abundancia de riqueza egoísta, sino en la economía puesta al servicio del hombre.    

ACTUALIDAD.
Hoy seguimos afirmando que: el desarrollo integral de los individuos y de los pueblos no puede darse sin el desarrollo solidario de la humanidad. Esta solidaridad ha fallado. Habrá que volver los ojos a esta encíclica: qué no hemos hecho y qué debemos hacer en adelante, si aún hay tiempo antes de que los pueblos atrasados desaparezcan o se rebelen. Primero perdura la interpelación: ¿verdaderamente buscamos construir una sociedad más justa y humana?, es decir ¿estamos verdaderamente comprometidos con el bien de todos los aspectos material, intelectual y moral de nuestros colaboradores, no sólo de nuestra empresa, sino en la sociedad? Después nos hacemos otra pregunta: ¿En verdad tenemos esa buena voluntad sin la cual nuestra solidaridad no se extenderá  a nivel mundial y permanecemos impasibles ante la miseria y el sufrimientos de otros? Sin nuestra participación solidaria impediremos a esos pueblos llegar a ser por sí mismos artífices de su destino.

El hombre de empresa como actor eminente de creación de riqueza, si quiere ser congruente con su vocación, ha de actuar efectivamente en la justa producción y distribución de los bienes y servicios que están bajo su dominio. Por esta razón recomendamos ampliamente se lectura y divulgación. 


Presentación en diapositivas


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