Juan XXIII
Juan XXIII el Papa Bueno es muy recordado porque fue aquel que revolucionó
la iglesia católica debido a que cambió la manera de oficiar la misa de
espaldas a los oyentes y en latín, Juan XXIII logró que el celebrante se
colocará de frente a los feligreses y se
expresara en idioma patrio.
Nuestro querido Papa nace en Sotto IL Monte, Roma, el 25 de Noviembre de
1881, donde se cría en una humilde familia de agricultores, su verdadero nombre es Ángelo Giuseppe Rocalli. Ingresa al
seminario de Bergamo en el año 1892, para luego proseguir sus estudios de
Teología en Roma en 1901. Para el año 1904 es ordenado sacerdote y desde el año
siguiente en Bergamo, comparte
responsabilidades con el Obispo Radini Tedeschi, donde aprende a cultivar aún
más el amor A Dios. Luego vendría la etapa más dolorosa de la vida de Ángelo,
al estar realizando estudios de Capellán durante la Segunda Guerra Mundial,
cosa que lo afectaría en gran parte ya que convivió con los desdichados de
aquella terrible guerra.
Después es nombrado Visitador Apostólico en Bulgaria y consagrado Obispo en
el año 1925; donde desarrolla una trayectoria impecable que le hace ascender a
Cardenal en el año 1958.
A la edad de 77 años fue elegido Papa, a pesar de su avanzada edad,
demostró que no era un Papa de transición sino de cambio, ya que con su alegría
y bondad adquirió rápidamente el respeto y cariño de todos.
El día 25 de Enero de 1959 anuncia la reunión de un concilio ecuménico
destinado a promover la unión de los cristianos de las diferentes iglesias,
donde se realizaron drásticos cambios a la doctrina eclesiástica.
La labor fundamental de nuestro papa Juan XXIII, consistió en cultivar la
filosofía de la amistad a toda costa, propagó la hermandad entre todas las
religiones alcanzando muchos triunfos en tal sentido.
Pero su labor no solo quedó allí, sino también realizó dos encíclicas las
cuales son:
Mater et magistra
Pacem in Terris. (sobre la paz del mundo)
Lamentablemente muere en Roma el 13 de Junio de 1963.
Al papa Juan XXIII, nunca lo tocó la vanidad ni la conveniencia a la hora
de tomar una decisión y sus gestos de bondad inherentes a su personalidad,
hicieron que fuese llamado el Papa Bueno.
San Juan XXIII
Papa de la Iglesia católica
28 de octubre de 1958-3 de junio de 1963
Pope John XXIII - 1959.jpg
Juan XXIII en 1959
Ordenación 10 de agosto de 1904
por Giuseppe Ceppetelli
Consagración episcopal 19 de marzo de
1925
por Giovanni Tacci Porcelli
Proclamación cardenalicia 12
de enero de 1953
por Pío XII
Secretario Loris Francesco
Capovilla
Predecesor Pío XII
Sucesor Pablo VI
Cardenales creados Véase
categoría
Información personal
Nombre secular Angelo
Giuseppe Roncalli
Nacimiento Bandera de Italia
Sotto il Monte, Lombardía, Italia
25 de noviembre de 1881
Fallecimiento Flag of the Vatican
City.svg Ciudad del Vaticano
3 de junio de 1963 (81 años)
Padres Giovanni Battista Roncalli
Marianna Giulia Mazzolla
Santidad
Beatificación 3 de septiembre de
2000
por San Juan Pablo II
Canonización 27 de abril de 2014
por Francisco
Festividad 11 de octubre
Venerado en Iglesia Católica
Romana
Vídeo Juan XXIII
PACEM IN TERRIS
Hablar de la Pacem in Terris es hablar de los Derechos del Hombre. Como
antecedente podemos mencionar que el 26 de agosto de 1789 la Revolución
Francesa condujo a la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano.
Por: P. Manuel Loza Macías | Fuente: www.usem.org.mx
PACEM IN TERRIS
Encíclica Pacem in Terris, Juan
XXIII.
Carta Encíclica promulgada por el Juan XXIII el 11 de abril de 1963.
La paz ha de fundarse en la verdad, la justicia, el amor, la libertad.
CONTEXTO.
Hablar de la Pacem in Terris es hablar de los Derechos del Hombre. Como
antecedente podemos mencionar que el 26 de agosto de 1789 la Revolución
Francesa condujo a la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano.
Se inspiraba en la declaración norteamericana, que encarnaba en el siglo XIX
los ideales liberales de la sociedad. Pío XII se preocupó durante la Segunda
Guerra Mundial de la reconstrucción y desarrollo de los pueblos. 1963 era el
año en que se celebraba el Concilio Vaticano II. Las Naciones Unidas, la
UNESCO, la Liga de los derechos del hombre y otros organismos se habían
consagrado a la búsqueda de una defensa de la paz, en beneficio de todos los
seres humanos sin distinciones discriminatorias. SS. Juan XXIII escribe este
documento que pudiera servir a todos los hombres de buena voluntad en la
constitución orgánica de los Estados y de sus relaciones internacionales.
CONTENIDO.
Apoyándose en la razón y la ley
natural, SS. Juan XXIII esboza una lista de derechos y deberes que deben observar
tanto los individuos como las autoridades públicas, los gobiernos nacionales y la comunidad
mundial. La paz exige la observancia del orden querido por Dios. Este orden ha
de reconocer ante todo las leyes que impone la naturaleza del hombre en las que
se descubren los planes de Dios. El punto de partida y fundamento de toda ley
humana, arranca de la personalidad natural y dignidad natural del hombre,
dotado de derechos y de deberes. Dignidad acrecentada por la luz de la
Revelación Cristiana.
Así pues, la encíclica habla de las relaciones entre los poderes públicos y
los ciudadanos y de las relaciones que deben de existir entre los Estados. La
encíclica se dirige a todos los hombres de buena voluntad. Afirma que la paz no
puede darse en la sociedad humana si primero no se da en el interior de cada
hombre, es decir, si primero no guarda cada uno en sí mismo el orden
establecido por Dios. Esta verdad es la que obliga a todos los seres humanos a
respetar a sus semejantes, además de dignificar el mundo de trabajo, a poner
especial atención en la actuación de la mujer en la vida pública.
Considera que las relaciones internacionales son consideradas bajo la misma
óptica de la persona, es decir, deberán regirse por la ley moral, por la
verdad, la justicia y el respeto. El Papa exhorta a todos a luchar por reconstruir todas las
formas de convivencia en la tierra. Conjuntar amor y libertad, es tarea ardua
pero nobilísima, pero vale la pena por el bien de todos. A esta labor se llama
a todos los hombre de buena voluntad.
ACTUALIDAD.
¿Qué ofrece Pacem in Terris a los hombres de hoy?, Y como empresario, ¿Qué
me aporta? Aceptar a Dios que asegura el fundamento, el fin y la garantía de
todo orden en el mundo y entre los hombres. Por tanto, también en la empresa.
El respeto a la vida humana incipiente y terminal, la relación solidaria y subsidiaria entre
naciones, la construcción de una sociedad a la medida de la persona, siguen
teniendo la misma vigencia que 1963.¿No se habrá aumentado la urgencia hoy que
algunos Estados intervienen en otros estados de una manera letal?
Pacem in Terris nos sugiere criterios de acción y dirección a todos,
incluso a los no cristianos. Es una clara exhortación a vivir bajo el amparo de la paz. La actualidad de
vivir este concepto se ve en los escándalos políticos de nuestro país en que se
ven implicados algunos empresarios. En la empresa y en su entorno hay
conflictos que no siempre se resuelven en paz. Y no habrá paz y justicia, sino
hay paz en las familias y en la empresa. Estás son las células de la vida
económica y de la vida social de un país y del mundo.
Diapositivas Pacem in terris:
Pablo VI
(Giovanni Battista Montini Alghisi; Concesio, 1897 - Castelgandolfo, 1978)
Papa romano (1963-1978). Ordenado sacerdote en 1920, estudió diplomacia en
Roma, entrando a formar parte de la secretaría de Estado vaticana en 1923, tras
un breve paso por la nunciatura de Varsovia. Como consiliario eclesiástico de
la Federación universitaria tomó parte en los conflictos de esta organización
con el régimen de Mussolini.
Durante la guerra, llevó a cabo una importante labor al frente de la Comisión
pontificia de asistencia. Su tarea pastoral y sus tendencias renovadoras lo
alejaron de la curia vaticana, siendo nombrado arzobispo de Milán en 1954. Fue
el primer cardenal nombrado por el papa Juan XXIII, con quien colaboró
estrechamente en la organización del concilio Vaticano II. A la muerte del
pontífice le sucedió como tal y dio continuidad a la renovación emprendida en
la Iglesia.
En 1965 pronunció un importante discurso ante la Asamblea general de la
ONU, hechos que constituyeron los primeros hitos de una serie de viajes
pastorales en el marco de una amplia política ecuménica y de acercamiento a los
problemas del mundo. Al final de su pontificado, no obstante, dio muestras de
ceder a las presiones de los sectores más conservadores. En este sentido fueron
tomadas sus encíclicas Sacerdotalis coelibatus y Humanae vitae, que aparecieron
como un retroceso frente a otras como Ecclesiam suam y Populorum progressio.
Pablo VI
Beato Pablo VI
Papa de la Iglesia católica
21 de junio de 1963-6 de agosto de 1978
Paolovi.jpg
Ordenación 29 de mayo de 1920
por Giacinto Gaggia
Consagración episcopal 12 de diciembre
de 1954
por Eugène Tisserant
Proclamación cardenalicia 15
de diciembre de 1958
por el papa Juan XXIII
Secretario Pasquale Macchi
Predecesor Juan XXIII
Sucesor Juan Pablo I
Cardenales creados Véase categoría
Información personal
Nombre secular Giovanni
Battista Enrico Antonio Maria Montini
Nacimiento 26 de septiembre de
1897
Bandera de Italia Concesio, Reino de Italia
Fallecimiento 6 de agosto de 1978
(80 años)
Bandera de Italia Castel Gandolfo, Italia
Padres Giorgio Montini
Giudetta Alghisi
Santidad
Beatificación 19 de octubre de
2014
por Francisco
Festividad 26 de septiembre
GAUDIUM ET SPES
Constitución Pastoral promulgada por el Papa Pablo VI el 7 de Diciembre de
1965.
Sobre la Iglesia en el mundo actual.
CONTEXTO.
Cuatro lustros habían corrido después de la Segunda Guerra Mundial y un
gigantesco cambio se estaba gestando en el lapso de ese tiempo. La nueva
tecnología (con la energía nuclear, las comunicaciones, los aparatos
electrónicos y las computadoras eran arrolladoras) A tal grado eran estos
cambios que las mismas estructuras sociales de la civilización anterior parecían
crujir. Para hacer frente a los retos del momento de progreso, muchas
estructuras sociales se miraban ya obsoletas, La justicia y la equidad ya no
regían las acciones de los seres humanos. Por eso la miseria convivía al lado
de la abundancia.
Eran tiempos en que cobraba mayor
fuerza la preocupación por la explosión demográfica, por las grandes
concentraciones urbanas, por la dignificación igualitaria de la mujer, por voz
a los obreros en las empresas, con la de perdida de los valores tradicionales
de la familia. Juan XXIII veía que era necesario poner al día a la Iglesia sin
perder su identidad, por eso convocó al Concilio Vaticano II.
CONTENIDO.
Gaudium et Spes es el documento más importante en la tradición social de la
Iglesia. Señala el deber que tiene el
pueblo de Dios de observar los signos de los tiempos a la luz del Evangelio,
para darse cuenta de la pérdida de valores, de los cambios que caracterizan al
mundo actual. Las ideas centrales sobre las cuales gira este documento son: la
misión de la iglesia acerca de la persona humana; de la familia y su actividad
en el mundo, procurando atender lo más urgente, familia, economía, política,
cultura y solidaridad internacional.
Revisa y actualiza la anterior enseñanza económica y social: trabajo, participación
en la empresa, destino universal de los bienes, las políticas monetarias, la
propiedad privada, la vida pública, la paz y la guerra. Varios aspectos como es
de suponer, son los asuntos morales aparecidos en estos tiempos modernos.
Reconoce que, a pesar de los medios modernos, se agravan las grandes
desigualdades y falla el diálogo genuino y fraternal entre países y personas.
El mensaje de la Gaudium et Spes , ha dicho el Pontífice, es Cristo mismo.
Él es el Señor de la historia, su centro y su fin. Él es la luz del mundo que
ilumina el misterio del hombre. Su gracia, por la acción del Espíritu Santo,
trabaja activamente en el corazón de todo hombre de buena voluntad. Los cambios
tecnológicos y sociales ofrecen por igual preciosas oportunidades y grandes
dificultades para la difusión y vivencia de la Buena Nueva. Es deber de la
Iglesia en el mundo pugnar porque se den las condiciones necesarias para la
promoción de la dignidad humana y del bien común.
ACTUALIDAD.
Preguntas como ¿Qué tiene que decir hoy día la Iglesia sobre la persona?,
¿Qué piensa sobre un nuevo ordenamiento social?, ¿Qué tiene que decir a los
pobres sobre sus carencias y remedios?,
¿Qué sugiere para que la empresa como célula viva de la economía se ajuste a
los criterios de justicia y caridad?, siguen siendo preguntas de actualidad,
por esta razón Gaudium et Spes nos hace recapacitar sobre nuestro deber como
empresarios en toda esta problemática. Nos ofrece también apuntes y directrices
de acción respecto a la vida familiar, económica, sociocultural, política y al orden internacional. Es este documento
un análisis de los grandes temas de la enseñanza social de la Iglesia aplicado
a los problemas de hoy día.
Presentación en diapositivas
POPULORUM PROGRESSIO
Antes de Populorum Progressio se habían operado importantes cambios en la
convivencia humana. La ciencia y la tecnología habían favorecido la
globalización de las comunidades, y los viajes espaciales.
Por: P. Manuel Loza Macías | Fuente: www.usem.org.mx
Encíclica Populorum Progressio.
Carta Encíclica promulgada por el Papa Paulo VI el 26 de marzo de 1967.
Sobre la necesidad de promover el desarrollo integral de todos los pueblos.
CONTEXTO.
Antes de Populorum Progressio se habían operado importantes cambios en la
convivencia humana. La ciencia y la tecnología habían favorecido la
globalización de las comunidades, y los viajes espaciales. La economía crecía a
pasos agigantados en la producción industrial y en la aportación de servicios
cada vez más sofisticados y enriquecía maravillosamente a unas naciones,
mientras que simultáneamente dejaba en retraso lacerante al sector
agropecuario, en pobreza a amplias zonas en un mismo país y en subdesarrollo a
gran número de naciones.
Todo mundo veía que era necesario realizar cambios para que las
innovaciones económicas, científicas y políticas tomaran un rumbo humano y
justo. Era necesario conducir el cambio por el hombre y para el hombre, pero
era evidente que estos cambios traerían consigo inseguridad, desconcierto y
angustia. En el XI Congreso de Dirigentes de Empresa, Paulo VI se había
definido como defensor de los humildes, abogado de los pobres, profeta de la
justicia, heraldo de la paz, promotor de la caridad, es por ello que uno de los
frutos personales de dicho Congreso vio hacer la promulgación de la encíclica
Populorum Progressio.
CONTENIDO.
La Iglesia sigue con atención el
desarrollo de los pueblos, sobre todo el de los más necesitados. La aspiración
de mejorar de muchos hombres se ve impedida por la situación en la que viven.
Los pueblos quieren además de su independencia política, su independencia
económica. Con la descripción de Populorum Progressio. Se patentiza la urgencia de buscar el
desarrollo solidario de la humanidad.
El desarrollo completo del hombre no puede darse sin el desarrollo
solidario de la humanidad. Hay que luchar por una verdadera unión entre las
naciones para asistir a los pueblos más débiles. El deber de solidaridad de las
personas es deber también de las naciones. Los pueblos deben de llegar a ser
por sí mismos artífices de su desarrollo: es la meta que hay que conseguir.
Es necesario también el diálogo entre las naciones: Este diálogo es factor
de fraternidad y ha de centrase en los hombres, no en los intereses egoístas
económicos y políticos. En esta labor debemos de trabajar todos. Hombres y
pueblos, deben asumir su responsabilidad. A manera de conclusión el Papa
asevera que el camino de la paz pasa por el desarrollo, pero éste no está en la
abundancia de riqueza egoísta, sino en la economía puesta al servicio del
hombre.
ACTUALIDAD.
Hoy seguimos afirmando que: el desarrollo integral de los individuos y de
los pueblos no puede darse sin el desarrollo solidario de la humanidad. Esta
solidaridad ha fallado. Habrá que volver los ojos a esta encíclica: qué no
hemos hecho y qué debemos hacer en adelante, si aún hay tiempo antes de que los
pueblos atrasados desaparezcan o se rebelen. Primero perdura la interpelación:
¿verdaderamente buscamos construir una sociedad más justa y humana?, es decir
¿estamos verdaderamente comprometidos con el bien de todos los aspectos
material, intelectual y moral de nuestros colaboradores, no sólo de nuestra
empresa, sino en la sociedad? Después nos hacemos otra pregunta: ¿En verdad
tenemos esa buena voluntad sin la cual nuestra solidaridad no se extenderá a nivel mundial y permanecemos impasibles
ante la miseria y el sufrimientos de otros? Sin nuestra participación solidaria
impediremos a esos pueblos llegar a ser por sí mismos artífices de su destino.
El hombre de empresa como actor eminente de creación de riqueza, si quiere
ser congruente con su vocación, ha de actuar efectivamente en la justa
producción y distribución de los bienes y servicios que están bajo su dominio.
Por esta razón recomendamos ampliamente se lectura y divulgación.
Presentación en diapositivas
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